Con él en sus filas, Kansas State alcanzó el número uno del ranking nacional en 1959, cayendo en la Final Four ante los Cincinnati Bearcats de Oscar Robertson.
Pero sus estadísticas mejoraron los dos años siguientes, pero la irrupción del futuro miembro del Basketball Hall of Fame, el también alero Jerry Lucas, lo llevó a un segundo plano.
A mediados de la temporada 1963-64 los New York Knicks compraron su contrato, y allí jugó durante temporada y media.
Fue allí donde hizo los mejores números de su carrera, llegando a promediar 21,5 puntos por partido en 1968, lo que le valió para ser elegido para el All-Star Game de ese año.
En sus 11 temporadas en la NBA promedió 14,8 puntos y 8,1 rebotes por partido.