Por el tipo de elaboración, se considera una variedad de pan candeal, lo que le aporta una miga densa y esponjosa y una corteza firme.
Los campesinos usaban este pan a modo de lonchera o fiambrera para llevar la comida al campo de labor, partiéndolo en dos mitades por la greña y metiendo dentro embutido, queso o lo que hubiese.
Esta boba rellena se considera el equivalente rural andaluz al más urbano bocata o bocadillo.
[2] Antes de meterse al horno, la boba se pincha en su superficie para favorecer la liberación de gases y así lograr una cocción más uniforme.
En algunos pueblos andaluces como Aznalcóllar, a la boba se le denomina «yeye».