Inaugurado en 1964 por el alcalde de la ciudad, ingeniero Carlos Rubio Parra, el espacio recreativo y natural rápidamente se convirtió en un ícono para la comunidad cachanilla.
Tiene una extensión de 35.7 hectáreas, se encuentra a 2.8 kilómetros del Centro Cívico.
Finalmente, dicha propuesta consistió en el financiamiento del “Centro Cívico Recreativo”.
[2] En una primera fase del proyecto, se inició con la forestación del predio, eligiendo árboles adecuados para el extremoso clima de la región, y que además, tuvieran un crecimiento rápido y sobre todo, ofreciera sombra a los visitantes.
[2] Diez años después, durante la administración del presidente municipal Armando Gallego, se comenzó a construir el lago artificial.