Bran es una pequeña ciudad situada en Transilvania, junto a la frontera con Valaquia (actualmente, Rumania) en plenos Cárpatos Transilvanos.
Destacable es el castillo de Bran (en rumano Castelul Bran); este es, erróneamente, llamado castillo de Drácula, si bien no lo construyó Vlad Draculea (se cree que pasó en él unos días en su camino a prisión en Budapest).