Este límite quedaba impuesto por el sistema intermitente que estiraba directamente la película virgen de su alojamiento, a bandazos.
A la época, nada impedía proyectar películas más largas, si no este riesgo de ruptura del apoyo bajo el efecto del tirón intermitente, un incidente que, al estadio de la proyección, podía ser catastrófico, puesto que la película de nitrato de cellulosa era particularmente inflamable y su parada ante la la lámpara del proyector a alta temperatura podía provocar un incendio, o incluso una explosión.
Woodville Latham y sus hijos filman seguidamente un partido entra boxeadores de renombre, James Corbett y Peter Courtney (la victoria de Corbett siendo ya programada) que los alienta a apuntar todavía más arriba.
Obtienen hábilmente el concurso William Kennedy Laurie Dickson que está en desacuerdo con el industrial sobre la urgencia de posar en su punto un aparato de proyección sobre gran pantalla.
El historiador del cine Stephen Herbert recuerda que Thomas Armado, a quien Thomas Edison había encargado de adaptar al 35 mm el proyector Phantascope de Charles Francis Jenkins, que él vendía de recomprar para hacer la contra a las proyecciones del Cinematógrafo Lumière, y que había rebautizado Vitascope, también había mejorado sus investigaciones adoptando para este aparato un bucle de amortiguación.