Los controles que se realizan dentro del marco de las buenas prácticas pecuarias tienden a reducir la mortalidad de estos animales, y por ende, el desembolso para cubrir gastos por enfermedades ocasionadas, medicamentos y pérdidas en la producción animal.
Asimismo, éstas prácticas se basan en recomendaciones con el fin de optimizar la eficacia en los niveles de producción, con un elevado contenido social que respete el medio ambiente y las condiciones de los individuos que desarrollan tareas vinculadas al sector agropecuario.
La normativa, aborda procedimientos para la separación de materiales residuales sólidos y líquidos.
Esto tiene como finalidad evitar obstrucciones en cañerías y/o tuberías, y limitar la contaminación ambiental.
[4] En España se han emitido unas guías en relación con la higiene que se debe mantener con el fin de mejorar la eficiencia en la producción y la excelencia del producto obtenido, aplicable a bovino, ovino y porcino.