Su población en 2011 era de 30.635 habitantes,[1] lo que la convierte en una de las localidades más pobladas del condado, junto a Crawley, Worthing y Horsham.
Tiene un clima oceánico, Cfb según la Clasificación climática de Köppen, característico del sur de Gran Bretaña.
Aunque la calzada romana que unía Londres con la costa sur de Gran Bretaña pasa por Burgess Hill, no se han hallado restos de asentamientos romanos en la zona.
El actual emplazamiento de la ciudad fue durante siglos una zona rural perteneciente a las cercanas parroquias de Clayton, Keymer y Ditchling.
Aunque se conoce desde el siglo XVI la presencia de fábricas de ladrillos en la zona, es durante esta época cuando se va a desarrollar en torno a la localidad una floreciente industria cerámica que va a perdurar hasta los años 30 del siglo XX.