Así fue gobernada como un dominio más por monarcas franceses, país donde ya existían instituciones dedicadas al control del gasto público (cámaras de comptos).
[14] A estas circunstancias se unieron, unos años después, el ingente gasto bélico originado en las confrontaciones libradas en Francia (especialmente Normandía), pero también en la península ibérica (Aragón y Castilla).
El difícil momento de la Hacienda del Reino hizo que Carlos II quisiera reforzar el control de las finanzas reales mediante un órgano permanente al que otorgó un gran poder.
Así, en 1365, a través de una Ordenanza dictada por el rey Carlos II, se reorganizó estableciéndola como tribunal permanente.
Nombrados exclusivamente por el rey, eran personas que previamente ya habían tenido experiencia en la materia habiendo sido recibidores en alguna merindad, ayudantes del tesorero, secretarios del rey o notarios de comptos.
[16]En 1365 figura como primer notario García Pérez de Aranguren que, posiblemente, ya venía ejerciendo la función desde 1358.
[17] La elección del cargo era competencia real exclusiva que los cambia a voluntad y se les exigía un alto grado de discreción.
Pero no ocurría así a nivel superior, de maestro oidor aun cuando fuera también un eclesiástico quien ejerciera el cargo.
Claro que corresponde a dos recaudadores distintos, aunque de la misma circunscripción».
Además, en la Cámara juraban sus cargos oficiales reales, señores feudales, caballeros y soldados.Sus libros y documentos constituyen la mejor fuente de información en Europa sobre la Baja Edad Media y permiten conocer no solamente el funcionamiento del órgano fiscalizador sino también otros aspectos del Reino de Navarra.
Tras su constitución la Cámara de Comptos fue ganando importancia dentro de la estructura política del Reino, pues solamente tenía por encima al Consejo y al Rey e incluso hubo momentos en los que algunos Oidores formaban parte del Consejo.
Su puesta en marcha efectiva tiene lugar en 1981 tras la elección como presidente de Mariano Zufía Urrizalqui.