En esa ocasión, el Senado uruguayo quedó compuesto por 13 senadores colorados (además del vicepresidente), 12 blancos y 5 frenteamplistas.
El gobierno pedía el desafuero de legisladores que supuestamente habían cooperado con la sedición (el senador Enrique Erro y el diputado Washington Ferrer), y las Cámaras realizaban votaciones empatadas que frenaban los desafueros, pero solo lograban dilatar el curso de los acontecimientos.
En la madrugada de esa jornada, hubo una sesión extraordinaria del Parlamento democráticamente electo, la última hasta 1985; mientras el vicepresidente Jorge Sapelli hacía su último esfuerzo por disuadir al presidente Bordaberry, el vicepresidente del Senado, Eduardo Paz Aguirre, presidió una acalorada sesión, en el curso de la cual, varios senadores emitieron declaraciones de repudio a la dictadura que se venía; particularmente emotivas fueron las palabras de Wilson Ferreira Aldunate.
Participaron además en esa última sesión: Luis Hierro Gambardella, Carlos Julio Pereyra, Pedro Zabalza Arrospide, Amílcar Vasconcellos, Francisco Rodríguez Camusso, Dardo Ortiz, Walter Santoro, Enrique Rodríguez, Alembert Vaz, Américo Plá Rodríguez (suplente de Juan Pablo Terra), Carminillo Mederos, Nelson Costanzo, Héctor Grauert y Jaso Anchorena (suplente de Washington Beltrán Mullin).
[2][3] Tiempo después, el Parlamento sería suplantado por un órgano creado por la dictadura, el Consejo de Estado, con miembros nombrados por el Poder Ejecutivo y las Fuerzas Armadas.