Se caracteriza por la abundancia de formaciones acarcavadas producto de la erosión del agua.
Históricamente este macizo arcilloso ha sido utilizado para la creación de casas-cueva donde habitaban los ciudadanos del municipio.
Los movimientos de placas terrestres de la zona provocaron el hundimiento de esta área, lo que dio origen a una fosa tectónica.
La depresión formada se fue rellenando con materiales, poco consolidados, como arcillas, yesos y limos.
La combinación de precipitaciones de carácter torrencial junto a la inexistencia de una cobertura vegetal adecuada provocó un gran arrastre de materiales, lo que dio como resultado la formación de regueras, barranqueras y, en último extremo, las cárcavas.