El disco final utilizó PVC mezclado con carbón para obtener la necesaria conductividad eléctrica.
Para preservar la aguja lectora y la vida del surco, una delgada capa de silicona era aplicada al disco como lubricante Los videodiscos CED fueron originalmente pensados para ser manejados directamente con las manos, pero durante las pruebas, se observó que la gente tocaba de forma accidental la superficie grabada del disco, causando degradación de la señal en el área tocada.
Quince meses más tarde, RCA lanzó los reproductores SGT200 y SGT250, ambos con sonido estéreo.
Diversos problemas condenaron al nuevo sistema CED prácticamente desde el principio.
Sin embargo, su desarrollo siguió adelante, pues desechar todo el trabajo realizado le habría costado a la compañía millones de dólares.
Una vez puesto en el mercado, las ventas del nuevo sistema CED fueron lentas: RCA esperaba vender 200.000 reproductores a principios de 1982, pero solamente 100.000 habían sido vendidos, y para 1982 y 1983, las ventas no mejoraron mucho.
Así, cada revolución contiene cuatro imágenes completas (NTSC, tres para PAL).
Las señales de audio y video son almacenadas en los discos en modo analógico compuesto, codificada en ondulaciones verticales del fondo del surco similares a pozos microscópicos.
Este sistema es muy similar a los que usan los reproductores de Compact Disc para seguir la pista espiral, donde un servomotor mueve el lector óptico por pasos para rastreo grueso y un juego de bobinas inclina la lente del láser para el rastreo fino, ambos guiados por un sensor óptico, algo similar al sistema de lectura usado por la aguja del CED.
El disco es almacenado dentro de un estuche, del que es extraído por el reproductor cuando este es cargado.
Los filos internos del estuche tienen tiras afelpadas para quitar polvo y otros desechos que pudieran estar en el disco cuando este es extraído.