Su apariencia es similar al cabasú grande (Cabassous tatouay), del cual se lo puede distinguir porque es de menor tamaño y tiene las orejas más cortas.
Las bandas móviles de su caparazón generalmente suman en promedio 11, si bien se encuentran ejemplares con 10, 12, y 13.
La cola está ausente de placas al igual que las otras especies del género.
[7] Al sur de la población anterior, y separada por los ríos Salado del norte y Dulce habita una segunda población argentina de esta especie, en los bosques del chaco árido, recién detectada en el siglo XXI.
Al ser de hábitos marcadamente fosoriales, son nocturnos, solitarios, y poco vistos.
Su dieta incluye gran cantidad de insectos: larvas, escarabajos, hormigas, termitas; posiblemente también lagartijas y otros animales pequeños.
Como vocalizaciones presenta sólo leves gruñidos similares a los de un cerdo, al ser manipulados por humanos.