Cachipuquio

En dicho tiempo la sal de Cachipuquio comenzó a tomar importancia al punto que su incentivo fue lo suficientemente fuerte, formando una afluencia cultural foránea múltiple.

Un indio lo vio y lo quiso coger, pero como carecía de lazo le tiró la manta con que se cubría.

Pero la llama que estaba miccionando se introdujo debajo de la tierra, dejando la manta fuera.

El tercer animal, solo ya, fue huyendo y llegó a Cochac (San Blas / Chinchaycocha), después de correr cuatro o cinco leguas, lugar en el cual le acaeció igual que a sus dos congéneres precedentes.

Ella recibió la propuesta con gran alegría, así pues, al día siguiente él se presentó ante sus padres de su amada.

Mientras descansaban y miraban las azuladas aguas que brotaban del pozo, quedaron apoderados por algo extraño, ellos miraban el fondo del pozo y veían un paraíso maravilloso.

Entonces, magnetizados por ello, tomados de la mano se sumergieron en aquel pozo desapareciendo a los segundos.

Quedó solo como evidencia una colorida honda, que la pastorcilla empuñaba para cuidar su rebaño.

Ella se acerco hacia el pozo, para ver que había sucedido con los amantes cuando sorpresivamente salieron de la poza dos palomas y juntas alzaron el vuelo y se alearon del lujar.

Las palomas entonces divisaron un cerro muy muy parecido a Collapata, y descendieron en sus faldas de Patamarca.

Limpieza de las pozas de sal / 4 de julio de 1955