Desde 1845 se había establecido con su tribu en las márgenes del arroyo Tapalquén, en lo que actualmente es el Partido de Olavarría, desde donde efectuaba correrías a lo largo de la frontera en buena medida desguarnecida, hasta que se acogió a la paz acordada con Juan Manuel de Rosas.
Silvia Ratto refiere sin embargo respecto a los caciques Catriel y Cachul, la defensa que Rosas hiciera de la necesidad de cuidar la relación amistosa con Cachul, aun cuando su apoyo militar era mínimo comparado con el primer cacique: Cachul no es hombre de pelea, sino de política y así es que yo jamás lo he ocupado en dicha pelea por el contrario siempre he cuidado de un modo indirecto que no marche a ella, porque sabía que no había de hacer sino barros.
Mas este mismo hombre flojo en la pelea es muy valiente en los consejos de la política sabiéndolo conducir; es entonces muy útil y de mucho acierto en sus discursos.
En 1853 fueron rechazados en las costas del río Salado del Sur por el coronel Pedro Rosas en el combate de San Gregorio, por lo que se retiró hacia Tapalqué asaltando los establecimientos a su paso.
En 1857 en una nueva entrevista para asegurar la paz llevada a cabo en San Benito el general en jefe del ejército agasajó a ambos caciques con un banquete y les entregó 1500 yeguas.