Para elaborarlo se refrigera un vaso o copa grande de cristal con la cantidad adecuada de café endulzado, añadiendo el helado y la crema chantillí justo antes de servir.
A menudo se espolvorean encima granos de café tostado machacados, como decoración.
Contra lo que pueda parecer, el café liégeois no fue creado en Lieja.
Sin embargo, durante la Primera Guerra Mundial, con la Batalla de Lieja en pleno auge, los cafés parisinos empezaron a nombrar el postre en honor de los fuertes belgas.
Curiosamente, durante un tiempo, en Lieja siguió conociéndose como café viennois.