Esta se extendía aproximadamente desde la latitud 33 (norte)[2] hasta Cabo San Lucas.
Con la que se pudo mantener y conquistar toda la península a partir de ella, también logró ser la primera capital de Las Californias, pero después fue trasladada a Monterrey.
El 19 de octubre de 1697,[5] cincuenta guaycuras (amerindios que dominaban la zona) que habitaban esa zona y algunos nativos de la Misión de San Bruno, avistaron a lo lejos las frágiles naves que traían con mucho trabajo y escasos recursos.
El objetivo esencial de las misiones jesuitas en California,[6] como en las demás partes de la Nueva España, fue la llamada conquista espiritual o conversión al cristianismo de los naturales, la salvación de sus almas, y en un sentido más amplio, el integrar al imperio español las lejanas regiones de las que muy poco se conocía, de suerte que los gentiles que las habitaban se convirtieran no sólo al cristianismo, sino en leales súbditos del rey y que formaran poblados basados en el modelo español.
Éste propósito ideal no pudo lograrse totalmente por muchas razones.