[1] En 2010, Guatemala ocupó el segundo lugar en el mundo en el Índice Global de Riesgo Climático, que indica el nivel de exposición y vulnerabilidad a eventos extremos.
[2] Tanto la producción agrícola comercial como la agricultura de subsistencia han disminuido y, por lo tanto, a los agricultores de subsistencia les resulta más difícil encontrar trabajo como jornaleros cuando sus propias cosechas no dan fruto.
[8] Los agricultores guatemaltecos han experimentado en los últimos años eventos climáticos extremos como huracanes, así como patrones climáticos erráticos con picos y caídas de temperatura, lluvias torrenciales, sequías y heladas inesperadas.
[13] La ayuda humanitaria de los Estados Unidos para proyectos relacionados con el clima y la agricultura se ha centrado en ayudar a los agricultores a adaptarse para que puedan permanecer en sus tierras con la finalidad que estas personas eviten salir de su país en busca de ayuda.
Se ha propuesto una tercera ronda de recortes a la ayuda estadounidense para el año fiscal 2020.