El último juego empezó el 15 de diciembre del mismo año, y terminó en tablas.
[1] Alekhine llevaba ocho años como campeón del mundo, desde su célebre victoria sobre el cubano Capablanca en 1927.
Durante este tiempo, Euwe había logrado destacadas actuaciones en diversos torneos internacionales y era uno de los jóvenes jugadores con más progresión.
Prácticamente nadie (tal vez ni siquiera el propio Euwe) pensaba que Alekhine pudiera ser derrotado.
En ningún momento se había planteado la posibilidad de perder el match, pero Euwe le oponía una firme resistencia.
Pero Euwe consiguió entablar las 3, y venció el match por el resultado de 15½-14½, convirtiéndose así en el quinto campeón del mundo.
Ambos contrincantes volverían a sentarse ante el tablero en 1937 para jugar el match revancha al que, según las condiciones del encuentro, Alekhine tenía derecho.