Las 12 primeras partidas se jugaron en Nueva York, Estados Unidos; y las 12 últimas en Lyon, Francia.
Mientras Kaspárov lo ganaba todo con insultante facilidad y había superado el mítico récord de Bobby Fischer, obteniendo 2800 puntos Elo, Kárpov se mostraba mucho más inseguro.
La superioridad de Kaspárov, esta vez, parecía clara, y no faltaron voces que pronosticaron una fácil victoria.
En la cuarta partida Kárpov tuvo una clara ventaja, pero apurado por el tiempo, cometió un error que le costó unas tablas.
En este mundial Kárpov obtendría muchas ventajas que malograría por errores y con apuros de tiempo.
Tras otras dos tablas sin mayor importancia, otra vez, en la duodécima partida, Kárpov aceptó un empate en una posición con una mínima pero clara ventaja.
Kaspárov planteó una Escocesa, que no se veía en mundiales desde los tiempos de Chigorín, y obtuvo una posición ventajosa.
La decimoséptima partida fue todo un modelo de match al estilo clásico, que hubiese firmado el mismísimo Capablanca.
Terminó en tablas en una posición superior y Kaspárov afirmó que habían llegado a un acuerdo para empatar.
Kaspárov retenía el título mundial, pero no había cumplido su promesa: "le aplastaré de una vez por todas".
Este fue el último mundial que jugaron Kaspárov y Kárpov, pero no sería el fin de la rivalidad.
Kárpov cedió en el siguiente torneo de candidatos ante Nigel Short que, en 1993, junto con Kaspárov, consumaría el cisma del ajedrez mundial.