Los Campos de iglesia en Asturias, son conjuntos formados por un tejo y un elemento del patrimonio cultural material.
Sin embargo, otros autores defienden un origen más temprano para la iglesia y estiman su construcción en la segunda mitad del siglo XV, aunque esta fábrica primitiva experimentó profundas modificaciones en las épocas moderna y contemporánea, tanto en el interior como al exterior.
El cabildo antiguamente tenía dos entradas: la actual y otra al oeste que se encuentra tapiada.
Los muros de la nave presentan la piedra vista en la mitad inferior, mientras que la superior ha sido cargada y encalada.
La nave se encuentra separada del ábside por un gran arco triunfal de medio punto sobre pilastras cajeadas que da acceso al presbiterio, elevado sobre cuatro gradas de piedra, en el que destaca la pila bautismal campaniforme.
El testero está decorado con un fresco de “datación reciente” y bajo este se han colocado varias tallas adquiridas o donadas por los vecinos en las décadas de 1940 y 1950, por haberse destruido las originales en la Guerra Civil.
Actualmente, el piso superior sólo cuenta con una campana, donada por una vecina en 1960, porque las originales fueron trasladadas a Santa María de Llas, por haberse fundido las suyas para fabricar armamento durante la Guerra Civil, y a la capilla de San Juan (Arenas), donde aún permanecen.
El cementerio se encuentra alejado unos ciento cuarenta metros de la iglesia, en un altozano bien ventilado, acorde con las directrices higienistas del siglo XIX, momento en que se obligó a trasladar los camposantos fuera del recinto de las iglesias.
Esta elección pone de manifiesto el gran poder icónico del tejo y su capacidad para representar la identidad colectiva.
En general, su estado de conservación es aceptable: sus ramas tienen un verde intenso, sigue dando fruto por el verano, y su grueso tronco no presenta fisuras de importancia, aunque su copa no es todo lo frondosa que cabría esperar y algunas ramas se han secado.