Los ojos compuestos del Campylocephalus estaban situados lateralmente (a los lados de la cabeza) y separados entre sí por lóbulos inflados en el centro.
[1][2] Al igual que el prosoma, los tergitos (segmentos de la parte superior del cuerpo) del abdomen tenían forma convexa y poseían procesos articulares (estructuras salientes que ayudaban a los segmentos a encajar entre sí).
Los apéndices (extremidades) de Campylocephalus sólo se conservan en muy raras ocasiones y, como tales, son casi completamente desconocidos.
[1][2] Debido a lo incompletos que son los restos fósiles referidos a Campylocephalus, es difícil determinar su tamaño y, por el momento, no existen estimaciones formales publicadas del tamaño ni de la especie tipo C. oculatus ni de la especie C. salmi.
[5] Los ojos también eran una característica distintiva en C. permianus, donde estaban situados más posteriormente que en las otras especies.
Kutorga llamó al fósil Limulus oculatus por las similitudes de su aspecto y anatomía con los miembros del género actual.
El naturalista escocés John Scouler describió el género Eidothea en 1831 basándose en un único prosoma fósil de Escocia, pero no le otorgó ningún nombre específico.
No obstante, el nombre Eidothea se asociaría a la especie de euriptérido escocés Eurypterus scouleri, con un prosoma casi idéntico, descrito en 1836.
El primer caparazón fragmentario sólo conservaba la parte inferior de la cabeza, terminada en dos arcos puntiagudos y cóncavos.
Sostuvo que aunque la anatomía dorsal del prosoma era bastante similar entre C. scouleri y C. oculatus, la especie tipo designada, múltiples fósiles bien conservados habían permitido una investigación detallada de la anatomía ventral y los apéndices de C. scouleri, ya que los dos habían sido colocados en el mismo género, mientras que la anatomía ventral y los apéndices de C. oculatus seguían siendo desconocidos.
[10] Descrita por el paleontólogo ruso Alexey G. Ponomarenko en 1985, el C. permianus fue nombrada originalmente como una especie de Hibbertopterus.
En 2012, el paleontólogo estadounidense James C. Lamsdell pudo demostrar que estas características únicas eran en realidad rasgos diagnósticos del género Campylocephalus y, por tanto, lo reclasificó como su combinación actual.
[5] Los hibbertópteros están unidos como grupo por ser grandes micterópodos con prosomas anchos, un telson en forma de hastato (p. ej.
Ambos géneros podrían incluso representar sinónimos del propio Hibbertopterus, aunque el carácter sumamente incompleto de sus restos vuelve a hacer imposible confirmar esa hipótesis.
[11] El cladograma a continuación es una adaptación de Lamsdell (2012),[1] colapsado para mostrar únicamente la superfamilia Mycteropoidea.
[15] Resulta difícil hacer afirmaciones sobre la paleoecología de la especie tipo, C. oculatus, ya que la localización y datación exactas del espécimen fósil siguen sin estar claras.
[17] A principios del Pérmico, los euriptéridos ya estaban en declive en relación con lo que habían sido su número y diversidad.