En la documentación, sólo aparece Santa María como una iglesia o santuario y no es hasta 1177 cuando consta la existencia del monasterio con una comunidad de religiosos.
Con la muerte del último prior en 1630 se incorpora definitivamente a esa sede episcopal.
En 1667 ya no había ningún sacerdote y la propia iglesia era un almacén de madera.
En el siglo XVIII la iglesia tenía culto ocasional y sobre los restos de los antiguos edificios se levantó una masía.
La iglesia se mantuvo entera hasta mediados del siglo XX cuando empezó el expolio y degradación definitiva hasta hoy que ya se ha derrumbado parte de la bóveda.