Al cabo de diecinueve años, muerta la heredera de Can Galceran, el patrimonio pasó en la casa solariega materna: casa Galceran, que tenía propiedades en las afueras, en el lado del arroyo.
Hoy el interior de la casa está vacía y solo se utiliza la planta baja, que ha sido adaptada para un bar.
Tiene el tejado a cuatro vertientes, aunque hoy ha quedado maltrecha con las construcciones vecinas.
La ventana principal de sobre el portal no tiene columnita, pero conserva un capitel adherido a la dintel.
Encima del portal, y a la altura de la buhardilla, hay un matacán.