Can Llobateres

Tras diversos periodos de inactividad en las excavaciones en 1990 se reinician en el denominado CLL-2 donde el equipo liderado por Salvador Moyà Solà descubre el primer esqueleto homínido miocénico conocido en el mundo.

Durante la siguiente década Can Llobateres se convirtió en el yacimiento europeo más rico en restos de primates.

Como resultado, la empresa suiza Sándoz adquirió los terrenos que cedió al Instituto de Paleontología hasta terminar la investigación.

[1]​ Los primeros trabajos realizados por Crusafont habían permitido recuperar dientes aislados y algunos fragmentos de mandíbula.

La excepcionalidad del hallazgo motivó que fuera bautizado con el nombre popular de «Jordi».

El hallazgo fue obra del equipo liderado por el investigador Salvador Moyà Solà.

[1]​ En 1992 se localizó otros restos, entre ellos dos femurs casi completos del mismo individuo.