Candyman (película)

La leyenda dice que se puede invocar a Candyman diciendo su nombre cinco veces mientras se enfrenta a un espejo, luego de lo cual Candyman matará al invocador con un gancho atorado en el muñón sangriento de su brazo derecho.

Más tarde esa noche, Helen y su amiga, Bernadette Walsh (Kasi Lemmons), escépticas sobre la existencia de Candyman, nombran al demonio frente al espejo en el baño de Helen, pero nada ocurre.

El muchacho creció en una sociedad educada, se convirtió en un artista conocido y fue buscado por su talento para crear retratos.

Después de enamorarse, convertir en su amante y dejar embarazada a una joven blanca cuyo padre lo había contratado para que la pintara en 1890, el hombre fue atacado por una multitud de linchadores contratados por el padre.

Comenzaron cortando su mano derecha con una sierra, luego lo untaron con miel robada de un colmenar, atrayendo abejas hambrientas que lo picaron hasta la muerte, terminando con su cadáver quemado en una improvisada pira y sus cenizas esparcidas por el área donde actualmente se encuentra Cabrini-Green.

Allí, se encuentran con Anne-Marie McCoy (Vanessa Williams), una de las residentes, y un niño llamado Jake (DeJuan Guy) que le cuenta a Helen la inquietante historia de otro niño castrado en un baño público por Candyman.

Ofreciendo a Helen la inmortalidad, Candyman abre su abrigo para revelar una caja torácica abierta rebosante de abejas.

Como resultado, el espíritu vengativo de Helen es convocado y mata a Trevor con el gancho de Candyman, dejando que Stacey, que aparece con un cuchillo al oír gritos, encuentre su cuerpo.