El Kanillu o Canillu, (en mapudungun "una persona que no se llena") es una fuerza y criatura presente en la mitología Huilliche.
Sucedía que cuando sus padres adoptivos salían a trabajar, dejando a Kanillu en la ruca (casa indígena), al volver siempre encontraban que había mucho daño en su casa y faltaba el alimento; y sin embargo Kanillu estaba tranquilo y sin ningún daño o herida, o muestra de preocupación por los daños que sufría su hogar.
Entonces él le respondió a su mujer "quedémonos quietos y hagámonos los dormidos", luego de eso vieron como Kanillu volvía a transformarse y quedar como un bebe.
Al verlo sus padres dijeron que ese niño era Kanillu y era maligno.
Es así como las machis luego de escuchar lo que tenían que contar los ancianos, pidieron ayuda a Millalicán, y decidieron llevarlo donde el abuelito Huenteao; y allí dejar preso a Kanillu, en las rocas islas junto al abuelito, en la bahía de Pucatrihue, para que no saliera nunca más, y se quedara a vivir ahí y no hiciese daño al pueblo Huilliche.
Por ello Huenteao se habría enojado y contestado con truenos para salvar a su pueblo.