Cannabis en Marruecos

El cannabis llegó al Magreb (entonces llamado Mauretania) con la conquista musulmana, iniciada en el siglo vii.

Desde el siglo xvi se cultivó cannabis en el área de Ketama y, en menor medida, Bab Berred.

También fue plantado en otras regiones de Marruecos, en fincas privadas, pero nunca a gran escala.

[6]​ Por aquel entonces el cannabis rifeño ya era conocido en todo el imperio jerifiano, y era una práctica cotidiana mezclarlo con tabaco para fumarlo en sebsi.

[9]​[8]​ España, que por medio del Tratado de Fez estableció un protectorado en el Rif, otorgó concesiones a varias tribus para cultivar cannabis, no por voluntad propia, sino por la resistencia y rebeldía constantes de los rifeños.

[7]​ Las diferentes tribus no quisieron someterse al poder colonial español, y se unieron bajo el liderazgo de Abd el-Krim para fundar la breve pero decisiva República del Rif (1921-1926).

Entre otras cosas, Abd el-Krim consiguió prohibir de manera efectiva el cannabis porque lo consideraba contrario a los preceptos del islam,[6]​ de manera que la tierra dedicada a su cultivo disminuyó considerablemente.

[6]​ Esta ley se amplió a todo el territorio marroquí cuando el país recuperó su independencia y absorbió el Rif español.

[10]​ No obstante, por aquel entonces Marruecos era un país todavía joven y débil, y tras varias revueltas en las montañas rifeñas (las llamadas révolte des montagnes)[6]​ que generaron inestabilidad en la región, se toleró que varias tribus de la zona siguieran practicando la cannabicultura como parte de una economía informal, lo que permitió la supervivencia económica de los habitantes del Rif.

[9]​ Dicho de otro modo, la administración hizo la «vista gorda», a la vez que amplicaba restricciones en cuanto a los límites donde se podía cultivar, e intentaba que el comercio de cannabis no fuese demasiado notorio.

Los campesinos rifeños, que de por sí poseían pocas tierras, no recibían ayudas estatales ni tenían acceso a crédito para modernizar su rudimentaria producción agrícola (que no podía competir con la agricultura industrializada occidental), vieron en el cannabis un negocio muy rentable.

[8]​ Gradualmente el cannabis se convirtió en el cultivo por excelencia del Rif, y para finales de siglo, había sumido a toda la región en el monocultivo.

Las tribus rifeñas, que son un pueblo históricamente rebelde, pobre y marginado por el gobierno central, se rebelaron para defender lo que para muchos era su principal (o única) fuente de recursos económica, pero fueron duramente reprimidos por el Majzén (nombre despectivo para el gobierno).

[14]​ Esto permitió crear un marco legal que regule la producción y uso en el reino alauita.

[22]​ Estas licencias sólo pueden ser expedidas en tres provincias rifeñas: Alhucemas, Chefchauen y Taunat.

[1]​ En 1993, el área total de cultivo en Marruecos (estimada) rondaba las 70.000 hectáreas, cifra que en 2002 aumentó a las 120.000 ha.

Este cultivo comercial ha proporcionado un ingreso estable y confiabilidad para más de 90.000 hogares.

En 2009, Fouad Ali el Himma recibió apoyo multipartidista entre los políticos marroquíes por su propuesta de cambiar la marca del cannabis como un remedio herbal marroquí tradicional en lugar de una droga peligrosa, y pidió un debate nacional y un enjuiciamiento reducido a los agricultores.

[35]​[11]​ Si bien las conversaciones sobre la legalización del cannabis en Marruecos han sido tabú durante décadas, se ha vuelto cada vez más común encontrar debates y apoyo sobre el tema en los últimos tiempos.

[36]​ El cedro del Atlas (Cedrus atlantica) forma los bosques en altitudes superiores a los 1 400 m s. n. m. Las montañas del Rif, históricamente pobladas por cedrales, han sufrido una fuerte deforestación debido en parte al cultivo desmedido de kif.

Área de cultivo del cannabis en el Rif (norte de Marruecos), 2003.
Cannabis en Fez .
Plantación de marihuana a los pies del monte Tidiguín , cerca de Ketama ( Rif ).
Campos de marihuana en el Rif.
Tradicional pipa sebse , para fumar.