Formó parte de la rebelión cantonal iniciada por el «Cantón Murciano» proclamado en Cartagena siete días antes.
El cantón se mantuvo muy pocos días a causa del escaso apoyo popular que encontró.
Se produjeron diversos altercados y detenciones de militares que no se quisieron sumar a la rebelión, permaneciendo leales al gobierno de Nicolás Salmerón.
Sin embargo, el cantón duró muy pocos días debido al escaso apoyo popular que encontró.
[1] El 11 de agosto el general Arsenio Martínez Campos, nombrado por el gobierno de Nicolás Salmerón para que acabara con el cantonalismo valenciano y murciano, entró en Almansa, sin encontrar ninguna oposición.