En 1947, el tenor Peter Pears, antiguo alumno del Lancing Collegue, pidió a Britten la composición de una cantata sobre San Nicolás para ser interpretada al año siguiente con motivo del centenario de la institución.
Se narra la historia de su nacimiento y de su infancia, recalcando el estribillo Dios será glorificado, cantado por el Nicolás niño (el compositor especifica que sea interpretado por el niño más joven del coro).
Al final del número, el niño se convierte en hombre, que canta el estribillo por última vez.
El número es acompañado por la cuerda y los tenores, con una textura más liviana que en los movimientos anteriores.
El temporal es aterrador y los marineros se desesperan, pero ésta cesa cuando San Nicolás los reúne en oración.
El número comienza con una melodía modal en fa, aunque alterna entre el menor natural y el modo dórico.
A medida que la tormenta se calma, San Nicolés emerge con una oración musicalmente simple.
El número termina con un retorno a la melodía inicial, está vez en fa mayor y con muy leve alteración.
Al igual que en el tercer número, la línea melódica recuerda a un recitativo.
Compuesto como un canto de alabanza a San Nicolás, relata brevemente varias historias sobre su misericordia, caridad y bondad.
En el movimiento final, San Nicolás habla de su muerte con alegría, entusiasmo y aceptación, con una melodía cromática.
Al mismo tiempo, el coro entona el Nunc dimittis utilizando el cuarto tono en el que está basada la música de la introducción orquestal.