[1] La modelo del cuadro fue la artista sevillana Lolita Astolfi, de apenas 20 años.
Cante hondo, que dejará firmado en 1924, es un homenaje manierista al cante jondo de su tierra en el que no falta ninguno de los elementos esenciales en su vida.
Parece como un homenaje del pintor a su tierra en el que no quiere dejar nada fuera.
Ni a su perro, Pacheco, que corona como un triunfo el altar de la musa flamenca, una conocida actriz andaluza, Lolita Astolfi, que aparece desnuda y sostiene con guitarra, símbolo del flamenco y metáfora de las formas femeninas.
A su espalda, se halla el cadáver de una niña muy débil y muy blanca -como diría el poeta Manuel Machado- y a sus pies, un cadáver de una mujer desdichada.