La planta de la capilla es en cruz griega con brazos muy cortos, casi cuadrada y está cubierta por cúpula sobre pechinas, con ventanas y medallones.
A esta se adosa el presbiterio, en recinto independiente, también de planta cuadrada y cubierto con una bóveda vaída donde hay una pintura al fresco de San Miguel.
Ambos recintos se unen por pilastras de orden compuesto, mientras que un entablamento los recorre y unifica.
La fachada se sitúa entre medianeras, con una composición clásica y simétrica.
Un gran arco que simula ser de descarga recorre todo el paramento y se convierte en el elemento más característico del exterior del edificio.