[1] A su llegada, los Camilianos recibieron en donación un extenso terreno situado al suroeste del centro urbano, en una área conocida como "El Achiral".
Con el objetivo de construir una iglesia más grandiosa y acorde con la estatura de su congregación, los Hermanos Maristas optaron por derribar parte del ala oriental del convento, adyacente a la antigua ermita.
Así, en 1928, comenzaron la construcción de un nuevo templo, un proyecto liderado por el sacerdote marista francés Théodore Joseph.El diseño del nuevo templo fue inspirado por la arquitectura neogótica, un estilo arquitectónico que era inusual y novedoso en la ciudad, la cual tradicionalmente había seguido el estilo "Popayán", una fusión entre el barroco neogranadino y el neoclásico.
El Padre Joseph buscó además inspiración en la Casa General de los Hermanos Maristas en Saint-Genis-Laval, Francia, utilizando este referente para orientar la construcción del nuevo edificio.
[3] Este proyecto representó una innovación significativa en el paisaje arquitectónico de la ciudad, introduciendo un estilo que contrastaba y a la vez enriquecía la herencia estilística local.