Posee seis columnas salomónicas de mármol negro de Calatorao, una cúpula oval bien decorada y la imagen del Cristo resucitado junto a seis ángeles que llevan instrumentos alusivos a la Pasión.
Fue construida al mismo tiempo que las otras capillas del trascoro, pero entre 1634 y 1639 se modificó para alojar el sepulcro del canónigo penitenciario Martín Funes y Lafiguera, luego obispo de Albarracín.
Este baldaquino resguarda un Calvario con el Cristo muerto, la Mater Dolorosa y el apóstol San Juan.
La imagen tiene una especial devoción en la ciudad, como da muestra la zarzuela Gigantes y cabezudos:
Virgen del Pilar, haz que se sosieguen y no griten más.