Los consejeros del conde formaban junto a los jueces un concilio llamado el capitolum.
Los miembros del mismo adoptaron con el tiempo el título de capitouls.
En 1147, Alphonse Jourdain redacta los privilegios inherentes al cargo y fija en 24 el número de consuls.
En 1692 la corona impone que el título de capitoul sea vitalicio pero en 1700 el sistema vuelve a su organización tradicional.
Cada capitoul vestía un color en función del barrio que representaba (si bien las togas eran todas rojas y negras, colores que se convirtieron con el tiempo en emblema de la ciudad).