Los carambars son caramelos de múltiples sabores y aspecto alargado (parecidos a los palotes que se venden en España) muy comercializados en Francia.
Fueron creados en 1953 en la fábrica Delespaul-Havez en la villa de Marcq-en-Barœul (departamento del Nord) por los señores Gallois y Fauchille hijo.
El escritor Georges Perec los inmortaliza en su «Me acuerdo» 319; la traductora Yolanda Morató los describe en la correspondiente nota a la edición española de Me acuerdo (2006, editorial Berenice): «Los Carambar (antes Caram'bar, 1954), eran barras de caramelo que elaboró, por equivocación, la chocolatería Delespaul-Havez (querían hacerlos cuadrados).
La buena acogida del público hizo que con los años se hayan ido produciendo nuevos sabores de frutas, nougat, cola y otros más artificiales como el atomic cactus (pica-pica).
Hoy en día y pese a haber sido vendidos al grupo británico Cadbury constituyen todo un clásico entre las golosinas francesas (con 1000 millones de unidades consumidas al año) Una particularidad de los Carambar es que el interior de su envoltorio contiene pretendidos chistes por lo general poco o nada graciosos, hasta tal punto es así que en Francia por extensión son conocidas como chistes carambar o humor carambar las bromas que no tienen gracia.