Erróneamente se les ha atribuido una paternidad totonaca, lo que no resulta preciso porque fueron producidas muchos siglos antes del desarrollo de esa cultura.
En el universo de las representaciones antropomorfas mesoamericanas son excepcionales, puesto que el arte mesoamericano se caracteriza por sus retratos hieráticos y el esquematismo de las representaciones humanas.
En estricto sentido, no se trata de representaciones faciales.
Existen piezas prehispánicas completas con rostros sonrientes, todas procedentes del centro de Veracruz.
Se desconoce cuál era la función de estas figuras de cerámica, que se han encontrado en sitios como Remojadas, Cerro de las Mesas, Nopiloa, El Tajín y Xiutetelco, sitios en los que la cultura clásica del Centro de Veracruz tuvo su mayor florecimiento.