Carles Vidiella

Su vocación era tan grande que su padre se vio obligado a ceder, después de haber intentado de todas las maneras, torcer esa vocación.

En 1878, el joven Vidiella recibió una pensión que le permitió trasladarse a París, y estudiar con maestros de renombre.

A los 22 años tocó el piano en la Exposición Universal de París, donde recibió grandes elogios y muchos premios.

Por estos años también dio clases de piano a discípulos como el malogrado Valdealde.

Sus magistrales interpretaciones inspiraron poetas como Josep Ixart, Francesc Mateu y Joan Maragall.

Vidiella visto por Ramon Casas ( MNAC ).