Carlo Tresca

Se dedicó a denunciar la hipocresía y la corrupción, uno de sus blancos preferidos era el clero al que atacó implacablemente.

En 1917 L'Avvenire, periódico que Tresca publicó en Nueva York desde 1913, fue cerrado y su sucesor Il Martello fue repetidamente incautado.

En 1923 el embajador italiano requirió del departamento de estado que suprimiera Il Martello.

Condenado a un año y un día, delito que le cualificaba para ser deportado, pasó cuatro meses en la penitenciaria federal de Atlanta hasta que en 1925 el propio presidente Calvin Coolidge le rebaja la pena.

Dado que no han podido deshacerse de Tresca por métodos legales los fascistas deciden pasarse a la violencia y en un mitin con otros antifascistas en 1926 se produce un atentado con bomba del que sale ileso.

Pero él y sus seguidores estuvieron siempre en contra de todo el montaje (desde emisoras de radio a periódicos) que Mussolini realizó para poder atraerse a los italianos inmigrantes en América.

Respecto a los comunistas, Tresca los consideró durante los años 20 como aliados contra el fascismo y colaboró con ellos en asociaciones como la Alianza Antifasciasta Italiana de Norteamérica.