Por los veinte años, un viaje a Bolivia, con sus lentitudes de paisajes y gentes, y un encuentro amoroso cambiaron su destino: del pensamiento abstracto a la poesía.
Otros quedaron como ejercicios literarios y algunos, ya pertenecientes a otros géneros, como una novela y obras de teatro, no se editaron.
Colaboró estrechamente con el director de dicho sello editorial.
Ejerció la crítica literaria en Radio Nacional y en diversos medios periodísticos.
Carlos Merlino vivió en el barrio de Villa Lugano hasta los 12 años.