Carlos Soto Romero

Al comenzar la Guerra Civil se encontraba destinado en Barcelona al mando del Torpedero 17.

Fiel a la legalidad republicana, se mantuvo a las órdenes de las autoridades militares de la República.

El Capitán Alberto Bayo, por orden del general José Aranguren Roldán le ordenó acudir en su nombre a Baleares donde los sublevados habían controlado Mallorca, para que se rindieran.

Soto desembarcó el 21 de julio en el Puerto de Pollensa y en un coche alquilado se dirigió a Palma.

A su petición, el coronel afecto a la sublevación, Aurelio Díaz de Freijó, se negó y aunque dejó marchar a Soto con una respuesta dubitativa, otros militares presentes y sublevados en la isla lo detuvieron y sometieron a un consejo de guerra sumarísimo, siendo condenado a muerte y ejecutado en el Fuerte de San Carlos.