Después, no solo compuso obras de más envergadura, sino que también consiguió representarlas varias veces, cosa que implicaba dificultad en el caso de una mujer en el mundo musical del siglo XIX y todavía más en el caso de la puesta en escena de una ópera.
[3] Adquirió gran reputación por sus óperas Ugo (1857), Sofia (1866) y Eleonora de Arorea (1871); además, compuso una Missa solemne, una cantata y un Réquiem que le encargó el gobierno de Turín para el cumpleaños de la muerte del rey Carlos Alberto, algunos himnos y composiciones de cámara para voz y piano.
[1] Se conserva una Memoria documentata sulle mie opero musicali (dentro del volumen Verse e prose, III, Bologna 1879).
[1] En 1894 comienzan a publicarse algunas de sus obras en la revista italiana Natura ed Arte.
Después aparecieron en otras muchas revistas, como La Donna, Rivista Contemporanea, L'Istitutore, Letture familia, o Aurora.