Aun así, Carme Guasch se presenta a menudo a certámenes poéticos y es así como en 1969 gana el premio Ciudad de Olot de poesía.
A esto siguieron otros galardones en los Juegos Florales de Perpiñán, Figueras, Calella y Barcelona.
Su última obra —Interiors— significó su primer intento de cultivar el verso libre.
Como narradora, ganó el premio Víctor Català de narraciones con Situacions Insulars.
Escribió una obra autobiográfica, Trena de cendra, en que narraba la historia de amor vivida con su esposo, Antoni Soler, su enfermedad y muerte, y la posterior superación del luto, que por otro lado ha sido un tema recurrente de su obra poética.