La artista empezó su carrera con su nombre real, para después tomar el sobrenombre de La Venus Valenciana, aunque, años antes, hacia el 1919, ya lo había hecho Helena Cortesina.
[1] Las cupletistas de entonces cobraban unas cincuenta pesetas por noche –destinaban cinco al agente que las traía–, más las propinas del llamado «descorche», que consistía en abrir botellas de champán con aquellos clientes que solicitaran su presencia en la mesa donde se encontraban del cabaré.
Fue durante este ritual de «sociabilidad cupleteril» en el Kursaal Novedades de Burgos donde conoció a Juan Arce Maestro, con quien mantuvo una breve relación.
La madre de la artista, María Presencia, viajaba siempre con su hija, por eso mismo el padre pidió el divorcio para volverse a casar.
Cuando La Venus Valenciana murió, tenía otra hermana de catorce meses.