El Carnaval Rural de Santa Cruz de Campezo se dejó de celebrar hacia 1936[1] y se recuperó en 1988[2] y tiene como acto central el juicio a Toribio, un muñeco al que se culpa de los males y desgracias ocurridos durante el año y que es arrojado al río Ega[2][3] (antiguamente era arrojado en la desaparecida fuente-abrevadero de la plaza del pueblo[1][4]).
También se ha mantenido la tradición del Jueves de Lardero, en la que las niñas y niños del pueblo salen a pedir por las casas.
Después de pasearlo por las calles todos se dirigen a la plaza donde se realiza el juicio y finalmente bajan hasta el puente sobre el río Ega donde es arrojado a sus aguas.
El protagonista principal es Toribio, un muñeco originalmente relleno de paja y vestido con ropa de hombre, que es portado por dos "katxirulos", personajes que llevan enaguas blancas, blusa de colores llamativos, abarcas, y un pañuelo o tela cubriendo la cara y un cucurucho en la cabeza con tiras colgando en la parte superior.
El carnaval rural de Santa Cruz de Campezo, junto con otros 125 carnavales rurales que se organizan en distintas localidades de Álava fueron la primera manifestación cultural inmaterial registrada y catalogada por la Administración vasca en el año 2014, en el que el Gobierno Vasco y la UPV-EHU elaboraron el Registro y Catálogo de los carnavales rurales de Álava.