Su madre falleció cuando tenía cuatro años y su padre volvió a casarse con Carolina de Baden con quien tendría varios medios hermanos.
Para estar tranquila y despreocupada, libre para un nuevo matrimonio, la Iglesia católica tuvo que disolver también el anterior, después de un largo procedimiento.
La joven sabía de estos planes y el emperador Francisco fue informado por su hermano al respecto.
Sin embargo, el príncipe Klemens von Metternich tenía otros planes y, finalmente, los dos hermanos competían por la mano de la misma mujer.
Fernando había retirado más o menos voluntariamente su solicitud de matrimonio, lo que facilitó la decisión.
Antes de este matrimonio, ella siempre había sido conocida como Carlota, pero ahora comenzó a ser llamada Carolina.
Murió a edad muy avanzada la siempre popular emperatriz viuda, un día después de cumplir 81 años.
Guillermo mintió, diciéndole que no era de ninguna importancia para él, cuando en realidad hubiera preferido una cónyuge con una apariencia diferente.