En 2013, Wilkinson realizó una reconstrucción facial del rey Ricardo III, cuyos restos habían sido descubiertos durante las obras de un aparcamiento en la ciudad de Leicester, muy cerca del lugar en el que se documentó que falleció, siendo identificados positivamente mediante ADN.
[6] A partir de sus restos óseos, se supo que su nariz rota había "sanado asimétricamente, dándole una nariz característica y una apariencia facial rugosa".
[7] En 2016, Wilkinson ayudó a crear reconstrucciones faciales de Roberto I de Escocia, utilizando un cráneo que se cree que perteneció al rey escocés.
Se crearon dos versiones, una estándar y otra basada en la creencia de que había padecido lepra.
En 2012, fue elegida miembro de la Royal Society of Edinburgh[8] y recibió el premio RSE Senior de 2013 a la participación pública.