La segunda parte de la carta se dedica a analizar el caso del matemático Nicholas Saunderson, un destacado profesor de Oxford e inventor también ciego.
Además de ser una carta enjundiosa en su contenido filosófico y con proposiciones juiciosas sobre aspectos de la física, la moral y la metafísica de la ceguera, Diderot logra en este ensayo una solución más exacta, más precisa, y al mismo tiempo más general al famoso problema de Molyneux, que las que habían expresado Hobbes y Condillac.
[5] Esto, unido a la postura materialista defendida en todo el ensayo, hizo que el escrito se considerara una escandalosa y manifiesta postura ateísta de Diderot y le costó que se dictara una orden de detención en su contra.
Fue conducido a la Bastilla, donde permaneció encarcelado tres meses y diez días.
Durante 29 días se lo mantuvo incomunicado, sin libros, lectura ni luz y sometido a apremiantes interrogatorios.