Cartuja de Garegnano

Fue suprimida bajo las reformas racionalistas del emperador José II, cuando Milán estaba entonces bajo dominio austriaco, y se convirtió en iglesia parroquial en 1782.

Se puede visitar, con entrada gratuita, gracias a la colaboración de los voluntarios para el Patrimonio Cultural del Touring Club Italiano.

[2]​ Las obras para la construcción del monasterio finalizaron en gran parte en 1352, aunque la iglesia no fue consagrada oficialmente hasta 1367.

[1]​ Durante el siglo XIV, Luchino Visconti hizo importantes donaciones a la fábrica de la cartuja para poder ampliarla y construir nuevos altares.

Se mantuvo en boga hasta la supresión de las órdenes contemplativas en 1779 por José II.

Durante el siglo XIX fue visitado por Lord Byron, quien quedó especialmente impresionado por sus frescos que describió en una de sus cartas.

Aunque el gran claustro haya sido mutilado (destruido durante la secularización napoleónica) y esté delimitado por el paso elevado que conecta la autostrada de los Lagos (A8) y la Turín-Venecia, sigue siendo un monumento de considerable interés.

El acceso entrada principal conduce al Cortile dell'Elemosina, la única zona del convento abierta a todos, que consta de un sobrio pórtico clasizante, cerrado por un arco que da acceso al Cortile d'Onore frente a la iglesia.

Los retratos se caracterizan por una fuerte expresividad y un intenso realismo, así como por una eficaz plasticidad ilusionistica.

La última intervención decorativa importante en la iglesia es la creación de la capilla conocida como del Rosario, construida hacia 1770 por el canónigo Biagio Bellotti.

En el refectorio del convento, hoy utilizado como capilla de las monjas misioneras franciscanas, se encuentra un gran fresco de 1614 con la Crocifissione, santi e monaci certosini de Bartolomeo Roverio detto il Genovesino, en el que se ve al arzobispo Giovanni Visconti que ofrece la cartuja, representada en detalle.

Un mapa de 1865, cuando la Certosa estaba en plena campiña
Vista del acceso exterior
Vista del ábside
Vista del patio
Vista del interior hacia el altar
Vista del interior hacia la entrada
La bóveda
Vista del altar, con el catino absidial y el tiburio pintados al fresco por Peterzano
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Biagio Bellotti, Gloria della Vergine