En la actualidad una parte del edificio está ocupada por la Biblioteca Insular.
La casa alberga dos unidades: la que mira a la calle Remedios ocupando dos tercios del conjunto y la otra que da a la plazuela de Hurtado de Mendoza, con diferente fecha de realización, aunque formando un solo diseño al exterior.
Sobre los diferentes elementos arquitectónicos y ornamentales que contiene este exponente del clasicismo romántico de finales del siglo XIX, nos dice Manuel Ramírez Muñoz: La mayor originalidad de esta fachada se encuentra en el cuerpo superior de la parte central.
Tres altísimos vanos coronados por frontones circulares prolongados hasta el suelo mediante baquetones, con decoración naturalista y cubiertos por un hermoso balcón de hierro artísticamente labrado, se encierran en un gran arco de medio punto, que arranca desde la calle y se prolonga hasta la balaustrada.
Dicho arco, del que sobresale su clave con decoración también naturalista, se encuentra en marcado en un alfiz de dos grandes rosetones en las enjutas.