Su fachada cuenta con huecos distribuidos irregularmente con alféizar volado y moldurado, y en su planta baja con rejas de forja del siglo XVI.
La entrada a las caballerizas, de 1628, se encuentra en un lateral del edificio, y cuenta con otras dos puertas secundarias.
En la parte trasera aún se pueden apreciar restos de la cornisa del alero moldurado.
Posteriormente fue ocupado por la familia noble Dolz del Castellar.
[1] También pudo se propiedad de Salvador Esplugas, cuya familia dejó la localidad a principios del siglo XIX.